Se habla de insomnio cuando un niño tiene problemas para quedarse dormido o para mantener el sueño, lo que conlleva que se despierte muchas veces a lo largo de la noche. En general, se tiene la sensación de que el sueño no ha sido reparador.
El dormir alguna noche mal es normal. Pero si la dificultad de dormirse o mantener el sueño perdura en el tiempo y produce malestar, nerviosismo y somnolencia por el día, se considera que se trata de un insomnio.
TIPOS:
Insomnio conductual: Los niños no son capaces de conciliar el sueño si están solos. A veces el inicio del sueño está ligado a alguna actividad (mecerlos, darles de beber), a un objeto particular o a la presencia de los padres, de tal manera que si faltan, el niño no es capaz de quedarse dormido.
Insomnio por higiene del sueño inadecuada: Se refiere al insomnio que se provoca o está favorecido por algunas actividades que se hacen antes de acostarse, como por ejemplo comer chocolate, tomar bebidas excitantes realizar actividades mentales, físicas (ejercicio) o emocionales (juegos, discusiones) y que dificultan que el niño se quede dormido porque está muy alerta.
TRATAMIENTO:
Cada tipo de trastorno del sueño sigue unas pautas específicas de tratamiento, pero en términos generales se suelen trabajar los siguientes aspectos en común:
- Psicoeducación sobre necesidades de sueño.
- Fomentar hábitos y conductas que sigan las normas de higiene del sueño
- Control de estímulos que dificultan el sueño
- Tratamiento de distorsiones de pensamiento acerca del sueño,
- Enseñar relajación /respiración diafragmática.